Dos minutos antes me había levantado dándole la espalda y el tiempo suficiente para esfumarse. Como suele ser. Como deber ser. Había contado hasta cien mientas me colgaba el collar que dormía en el suelo, escondido entre la ropa. Cuando me volví él seguía en la cama, mirándome, y un grito estremecedor se cayó de mi garganta.
25 febrero 2008
LLÁMALO CLAUSTROFOBIA...
Dos minutos antes me había levantado dándole la espalda y el tiempo suficiente para esfumarse. Como suele ser. Como deber ser. Había contado hasta cien mientas me colgaba el collar que dormía en el suelo, escondido entre la ropa. Cuando me volví él seguía en la cama, mirándome, y un grito estremecedor se cayó de mi garganta.
Escrito por adictaacruzarenrojo en 13:30 18 con lengua y sin gato...
17 febrero 2008
CINCO CONMIGO
Vuélvete loco
cuando nos den las diez
cuando el frío se engarce en tu jersey.
Y no sabrás nada de mí,
me esperarás solito allí con tus fantasmas...
Vuélvete loco,
arráncame sudor embotellado.
Domesticado, duerme en mi salón,
llámame puta y llora un rato.
Si te permites cinco minutos conmigo
masticaré el reloj,
apretaré con la lengua el hierro
del maldito gatillo.
Vuélvete loco
juega con un juguete roto.
Dos cervezas y tres cuellos relamidos,
tan calada a medio tiro...
Garabatos asesinos en el extrarradio.
Si te permites cinco minutos conmigo
masticaré el reloj,
apretaré con la lengua el hierro
del maldito gatillo.
Si te permites cinco minutos conmigo...
Si te permites cinco minutos conmigo,
en el primero vuélvete loco.
Escrito por adictaacruzarenrojo en 20:11 21 con lengua y sin gato...
10 febrero 2008
COMO BESTIAS EN CELO
Bailó durante horas como si nada le importase, mientras la noche iba adentrándose en lo más profundo de su propia existencia, allí donde los gatos pardos se confunden con retales de piel en la pared. Se despeinaba contando los ojos ajenos que rondaban su cintura, esquivando dedos que creían ser más listos que la apuesta de sus piernas de tequila.
Estrechó la mano de dos tipos con corbata después de hablar de dinero, tarimas y casualidades y siguió matando bares con la luz de las bombillas hasta el siniestro surrealista de un choque de ojos.
Se ahogó en su Hierro, en sus eses, en el tacto de un chaleco, en el cuero de un collar, en un cuadro de letras, en colores descarnados, en la carne de su cuello. Se rindió a los seis minutos y empezó a tener miedo de no querer dejar de escuchar, de hablar, de estar, de ser, de morder, de respirar...
El sol salía de su guarida mientras caminaban por calles que no conocían, sin importar el trozo de Roma en el que desembocasen. Los camiones descargaban cajas de fruta, los niños cargaban con la mochila, los coches, los perros, los bancos...La ciudad amarilla despertaba frenética y ellos andaban despacio. Él la agarraba del hombro y le acariciaba la cara, ella buscaba el calor de su pecho introduciendo la mano entre dos botones de su cazadora. Mil miradas les fulminaban a cada paso y ellos no podían evitar reírse del reloj y los horarios. Se despidieron con un beso en un portal jugando con la suerte entre los dedos.
A mitad del día el teléfono sonó dos veces. Cuando colgó se quedó sentada en el sofá, con un café en la mano y una sonrisa extraña. Mientras mojaba los labios en el aroma que brotaba de la taza, veía cómo su caja de secretos estaba a punto de explotar, su estómago colgando de un hilo y los caminos raros reproduciéndose como bestias en celo.
Escrito por adictaacruzarenrojo en 22:05 17 con lengua y sin gato...