Porque hay a quien le gusta el olor reciente de un café cortado. Porque hay quien grita "touché!" cuando se encuentra una mirada diferente. Porque cruzar en rojo da la vida y con los ojos cerrados se llega antes a ese otro lado adictivo, furtivo y agridulce. Porque las entrelineas guardan los secretos y ayudan a imaginar. Bienvenidos, pasen y lean...

26 noviembre 2007

LA ÚLTIMA LECCÍON


Doscientos ojos seguían de un lado a otro su silueta blanca. Caminaba por la madera del aula magna despacio, vocalizando nomenclatura clásica, moviendo sus manos arrugadas de genio viejo. Una eternidad andando y desandando esa misma tarima, con el sonido de fondo de los folios borrachos de anatomía. Con un brillo cegador en la retina al explicar cada surco que adornaba a la máquina perfecta, cada hendidura, cada vena galopando su superficie roja y palpitante, cada válvula sin escape.
Cuando terminó habló de belleza y de amor, de locura y caminos raros. Habló de cumplidos y vidas, de justicia e indignación. Siguió hablando y juró que no se iría sin haber enseñado algo, sin haber visto a quien le había dejado ver.
El silencio le llenó la boca como una copa de vino bueno y se desbrochó la camisa. Se metió la mano en el pecho y dictó una sonrisa con la que terminó la lección, justo antes de caer desplomado al suelo mientras el corazón latía en la tarima de madera.

18 noviembre 2007

REFLEXIÓN CASUAL

Un día de esos que descuelgo

y cuelgo a parte la estructura de mi cuerpo en diagonal.

Descuelgan y se cuelgan por el cuello las ganas de escucharte.

Otra reflexión casual...

Un mundo raro el de los cuentos...

Un enjambre de silencios alquilándome la boca.

Esta boca a medias roja, a medias yo, y a veces rota.

Que lo que tiembla no es la piel y las palabras esqueléticas engañan.

Que los cuentos con grumos ya no cuelan.

Que ya no quedan ni las ganas de follar con quien los cuenta.

Un mundo raro...

Un Jaque Mate seccionando una médula espinal.

Un vendaval paralizado.

Un diplomado CCC en educación y cortesía

“que tal te va la vida, yo corriendo y tan feliz...”.

Un mundo raro...

Un “bisho” que suena a insecticida caducado,

descubrir...como un loco la gravedad,

que después de un par de años has pasado a darme igual,

que ya no hay nada que contar...

Sobresaliente en aprendiz, sujetando el antifaz.

Siete kilos de barniz preguntándote que tal...

Que las palabras esqueléticas engañan y lo que tiembla no es la piel.

Que ya no bailo aguas que no me quitan la sed.

Que hay diablos que creen saber más por diablos...




Game over es Game over

12 noviembre 2007

POR POCO TIEMPO

Le habían encontrado otra vez, mientras caminaba por Gran Vía con dos nidos de ojeras y las manos en los bolsos. La luz del sol se estaba ahogando y la de las farolas cruzaba en ámbar. Le habían encontrado una vez más.
Vio aquellos ojos de marioneta de payaso antiguo que finge ser feliz. Unos ojos vacíos de madera que le buscaban de lunes a domingo.
Le miraban con una cínica sonrisa al otro lado del cristal de la cafetería gritando en silencio:“No puedes escapar de mi...”
El pánico empezó a desbordarle por los poros. Su lengua supuraba miedo infame, y su mente en forma de ese itálica se había inundado en blanco.
La gente empezaba a desaparecer de las aceras y el frío helaba las respiraciones.
Los ojos de madera seguían mirándole fijamente mientras su corazón empezaba a latir dejando a un lado la sincronía, recordándole que su cuerpo ya no era tan joven, que se estaba marchitando...
Empezó
a correr despavorido, antes de que el tipo saliese del bar. Corría buscando la avenida del Sur, chocando con la gente, tirando cosas a su paso, intentando derruir sin conseguirlo rascacielos de menor tamaño por su complejo de lengua de adobe.
Corría sin aliento. Doblaba esquinas que le doblaban. Escapaba sin parar. Mirando. Buscando con pánico al tipo que le perseguía. Seguía corriendo con dolor de bronquios, de vías respiratorias en las que luchaban a muerte la mierda invitada a pasar los días impares y aquella que nacía de su propia naturaleza.
Doblaba esquinas. Se ahogaba. Se envenenaba con lengua sin saliva. Un chorro de sudor migraba por su espalda, reblandecida por la dureza de la huida.
Cruzó un paso de cebra. Chocó con la mujer del abrigo verde. Tropezó con el bordillo rojo rompiéndose un par de dedos de frente. Volvió a correr mirando
atrás. Dando quiebros. Intentando despistar a la sonrisa cínica que corría tras él.
Le pesaban los bolsillos. Puñados de fichas de mezquindad. Restos de mediocridad. Kilos de ese no llegar a la suela de los lobos que aúllan pentagramas. Un rastro de todo a medias, de no ser capaz, de debilidad, de frustración que le carcomía las costuras de los pantalones.
Corría buscando el calor del escondite, para perder el peso añadido de la densidad de la sangre fría, sin descansar la sombra en el suelo. Carrera de fantasmas. Pulso acelerado y otro quiebro. Le había dado esquinazo. Por poco tiempo...
Entró en una pensión sin carteles luminosos, un lugar perfecto para desaparecer, para beber el aburrimiento que brotaba los domingos de su ombligo. Entró como alma que lleva el diablo, o como diablo llevando almas. Pidió una habitación. Cogió del mostrador la llave con el número 100 grabado en corcho. Subió las escaleras haciéndolas crujir, todavía sin aliento, con el pulso acelerado. Abrió la puerta. Echó el cerrojo. Bajó las persianas. Agitado. Se sentó en la cama con la cabeza entre las manos. Mirando al suelo. Cansado.
Cuando levantó la cara vio un espejo colgando enfrente de la cama y reflejada, con la cabeza entre las manos, una marioneta antigua que finge ser feliz.


Corriendo y tan feliz...
Jaque mate
Game over

02 noviembre 2007

A MORDISCOS DE PIRUETA...


Anoche te mordí los caprichos
repletos de verdades
que deseosos gritaban mi nombre
en la profundidad de tus lunares.
Anoche a dentelladas serené tu cuerpo
al ritmo del violín de Sherezhade.
Una y otra vez...
despacio.


Anoche desgarré tus ropas y demás curiosidades
con más pasión
que el duelo de gemidos
y botones contra el suelo.


Ejerce de reina de las nieves,
haz con la nata de tu cuerpo un nido
que yo haré de corredor por tu vientre.


Tu y yo nos fundimos en la anarquía
indomable del universo de tus pecas,
insúltame, sácame de quicio,
que yo haré acrobacias de la lengua mía
sobre tu boca a mordiscos de pirueta.


Anoche el rojo colonizaba tierras de nadie,
tus vicios y mis piruletas
mataron inocentes por un poco de aire.
Y agonizando,
de fondo,
el violín de Sherezhade.


Haz de mi espalda un lienzo,
hambriento...
Mientras te araño, mientras te grito,
píntame un cuento
sin salirte de los bordes de mi cuerpo.


Anoche mis motivos derretidos
se vertían por tus comisuras,
el carmín deshacía las costuras
de los pliegues de tu cuerpo masticado.


Utiliza de cajones mis encías,
susúrrame al oído aquello que decías
mientras el violín siga sonando,
mientras mordiscos de pirueta sigan llenando
el vacío que desahucia mis pupilas.

Muérdeme pronto que mi piel te es adicta,
fíate de dientes de convicta y café,
tu huella se queda en mi como una ristra de tinta,
pero no me pienses vestida el día después.
De lunes sediento de tí por todos los bares,
fundo tu aliento con cruces peatonales.
No me ataques a destiempo, tan adentro...
Ábrete en el pecho los canales, ábreme en silencio, voy subiendo...


Por JL en los afelios y Adicta a cruzar en rojo.

Un placer resonante y vital
desvariar a medias contigo,
coincidir queriendo y sin querer.
Caidas libres sin motivos
a mordiscos de pirueta.
Un placer a medias contigo.
Un placer y un beso rojo...