Porque hay a quien le gusta el olor reciente de un café cortado. Porque hay quien grita "touché!" cuando se encuentra una mirada diferente. Porque cruzar en rojo da la vida y con los ojos cerrados se llega antes a ese otro lado adictivo, furtivo y agridulce. Porque las entrelineas guardan los secretos y ayudan a imaginar. Bienvenidos, pasen y lean...

27 agosto 2007

RECOVECO



Muerdo un recoveco donde duermen las serpientes de tu pelo
Dale cuerda con tequila
Deja a los mastines de mis muelas que se peguen dos festines
Dale cuerda a la deriva
Que yo pongo bata blanca y las hormigas despistadas, asesinas
Dale cuerda al hormigueo
Que nos vemos en cielos de camas sucias, en mis versos...

23 agosto 2007

ESE PARA TI

Miró tres veces. Tocó. Cogió la roja.
-“Haría trasbordo”- pensó... –“del cuello al sofá y del sofá al suelo...” - Y la dejó colgada del gancho de metal, balanceándose, con la etiqueta mirando hacia abajo, como si fuese una prolongación de su jugosa ambigüedad...
Sí, era roja y de mujer, pero seguramente me agobiaría, me ahogaría y en vez de trasbordo se suicidaría directamente contra el suelo del hall...
Sonrió y siguió caminando por los pasillos brillantes de aquella tienda de ropa con luces estrafalarias y música demasiado alta. Tan alta que crispa, como cuando el de atrás hace ruidos continuados con los dedos en la mesa de un bar cualquiera.
Volvió a sonreír y pensó en copas de vino. Aunque el vino solo no le hiciese mucha gracia y prefiriese las mezclas de maceta y bomba atómica dulzona. En cambio le apeteció una copa, fría y grande, que se burlara de su mano y el carmín se quedara en el borde, tan callando...
Caminaba pensando y sin pensar acariciando de refilón las prendas colgadas en sus perchas, en su aparente y plástica armonía, adivinando las texturas...
Suave, algodón...no tanto...¿licra?, lentejuelas, terciopelo... con ese repelús que le producía el terciopelo...
Y ella siempre directa al rojo como si de feromonas se tratase.
No encontró el vestido que siempre buscaba, quizá porque ya de antemano sabía que no iba dejarse coger, o simplemente porque solo existía en su imaginación... Pero uno le miró desde una percha solitaria con cara de ¿jugamos?
Solo había uno. Talla S. Perfecto. –“Tiene mangas...las mangas son amigas de octubre...”-
Ese de suerte, de salmón, de salamandra...y siguió pensando palabras que empezaran por su talla mientras caminaba despacio hacia el probador, con el vestido entre las manos. Pensaba y pensaba, haciendo una más de esas cosas tontas que suele hacer cuando no quiere que haya nada mejor que hacer... como sumar los números de las matrículas de los coches, como recolectar miradas, como poner el despertador a las siete para apagarlo, darse media vuelta, suspirar feliz y levantarse a las doce o a las dos, o no levantarse y respirar tan hondo y tan lento que los mosquitos que sobrevivesen a sus ataques pensaran que estaba medio muerta.
Ese de sin vergüenza. Se miró al espejo y se rió un poco mientras se desabrochaba el botón del pantalón. Siempre me ha encantado el ruido que hacen los vaqueros cuando como por descuido caen al suelo, pero sin ello...
No le encantaba lo asfixiantemente pequeño del retináculo geométrico, tan iluminado...
Será que siempre prefirió la belleza de las sombras irregulares y el cerebro de Gaudí...
Se quitó la camiseta con sus mangas cortas de princesa, (aunque ella no lo era, ni quería serlo...), camiseta blanca, tan blanca que se peleaba con el color café con leche que había robado en la Barceloneta en un furgón parecido al del Dioni”...
¿El del Dioni? Volvió a reír...más fuerte...pensando que estar loca es tan divertido...
Se introdujo con cierta pena en el vestido por eso de perder la libertad que da la piel desnuda y se ató el lazo en la mitad de la espalda, como un ecuador de quita y pon.
-“Algo hippie, algo corto, tiene algo. Me lo quedo.”-
Se lo quitó otra vez con pena porque los vaqueros amenazaban aún más, con esposas para muslos y tobillos.
Ese de sudando...-“putos focos!”
Corrió la cortina y salió despeinada, un poco más bruja, como siempre que abandonaba algún probador...
Al salir dejó el cubo blanco sin perchas, porque odiaba encontrárselas, colapsando los ganchos de la pared y porque en el fondo era un poco buena...
La música volvió a crisparle las pestañas y volvió a sonreír imaginando un móvil volando por la ventana de un banco...
Ese de silvestre...¿silvestre? Porque el vestido tenía algo verde...sonrisa...
Frunció 30 grados el ceño con cierta resignación y se plantó en la cola, que parecía la de un perro hiperactivo al que no se la habían logrado cortar de pequeño...
Pero era la última y siempre le gustó eso de ver sin ser vista. Colección de espaldas de todas las marcas y modelos...
-“Efectivo? Tarjeta? Efectivo? Joder que indecisa...-
Ese de :¿soportable yo? No, no....
Sonrisa...Que banco será? Servired espero, que las comisiones no me hacen juego con el vestido... Efectivo...
Regaló una de esas sonrisas que regala, como una ONG ambulante, a los dependientes que llevan escrito en la frente “mal día”... quizás no, pero quizás algo alivia...
Y volvió a desandar los pasillos brillantes, canturreando, como una niña pequeña y feliz con cromos nuevos de angelitos y bebes, un poco tonta pero contenta...
Se dio media vuelta antes de salir para guiñarle un ojo a la corbata roja que seguía esperando no se qué en su gancho de metal...
En la calle overboocking , de ese que a ella le encanta, que le pierde entre las calles y la gente, preguntando a la gente por las calles y a las calles por la gente. Tarareando ese de salitre, de ese que se me ha colado en el bikini y del que no me quiero despedir, porque me hace compañía cuando el mar está callado, y la brisa dormida, y no hay pisadas entorno a mi cara provocando ese ruido de arena rozándose, como cuando tienes el oído pegado a la toalla...
Esa ese de sonido que me encanta...
-“Ya está. Pimientos rellenos de queso jamón y piña." -Aunque la piña se la sacó de la manga porque le encanta mezclar dulce y salado.- Ya sé que receta te voy a enseñar...”
Llegó al final de la calle y esperó a que el muñeco verde se esfumase.
Sonrió una vez más porque se sintió capaz de morder una yugular o dos por una copa de vino medio llena, mitad de Coca Cola, y un chorrito de chupito de melón...
Sonrió durante más tiempo de la cuenta, mordiéndose el labio de abajo para no soltar una carcajada y pensó, no sé si en alto o en bajo: “Ese, sí, ese... de un par sibaritas...“



19 agosto 2007

CASI PERFECTO

Los huecos color crema quedaron reducidos a zonas restringidas para la mayoría de los tactos.
El canela había colonizado todo lo que el sol rozó sin permiso y con cuidado. Había ganado la batalla y ahora brillaba con el brillo con el que sólo sabe la piel mojada, cuando el agua de mar resbala por caminos sin asfaltar, cambiando de opinión y dirección en cada curva...
La arena de la playa gemía a mi paso y los restos de conchas molidas retozaban enviando destellos, como despidiéndose de un viaje sin vuelta.
El agua helada despertaba los dedos de mis pies y la brisa sacaba a pasear un par de rizos castaños que chocaban muriendo en la mitad de mi espalda para luego volver a levantar el vuelo...
Era una cala en forma de luna, pequeña y desierta, con una especie de cabo rocoso infiltrándose en el mar.
Las rocas negras hacían dibujos que invitaban a seguir, a saltar, clavando los pies para llegar un poco más allá, donde el agua choca indignada, espumada...como nata montada en una tableta rota de chocolate negro.
Él estaba sentado...con los ojos color mar perdidos en un punto infinito que dividía el horizonte en dos mitades. Un punto que se mudó a mi ombligo.
Mechones de pelo rubio alborotado seguían órdenes del viento y el salitre en sus hombros parecía oro en polvo.
Me senté a su lado sin decir nada. Después encima. Después debajo.
El sol descendía al mismo ritmo que su mano en mi espalda, que su boca en mi cara y sus dedos en los pliegues de mi cuello.
Su respiración agitada fue perdiendo fuerza poco a poco, como a mi me gusta...como el gas en una botella de cava, hasta que simplemente dejó de respirar.
Me levanté sin decir nada, atusándome el pelo con los dedos, mientras le miraba rendido en la arena, mientras pensaba que hubiera sido perfecto si tantas horas fuera del agua no le hubiesen matado.
Hubiera sido perfecto si las escamas de su hermosa cola hubiesen hecho juego con el color de mi ropa interior.

11 agosto 2007

ALERGIA AL GRIS

Viviendo a saltos
de polo a polo en una pila...
Definitivamente...
alergia al gris.

07 agosto 2007

90% DE CORCHO

Un pellizco más de espanto no es pa' tanto tonto...
Que es como si nada..., que no es insulto,
que es descripción innominada...
a las cuatro de la mañana y sin tequila
y yo sentadita en la cama.
Tan absurdo que la desgracia me hace gracia...
Y un: Ja! en el espejo,
y dos, y tres, y cuatro,
que de muñeca de trapo nada, monada.
Y yo, tan educada...
Y tú, tan pinocho...
10% lana de lobo, 90 de corcho.
Que la desgracia de lo absurdo ¿Sabes?
Me hace tanta gracia...
Que lo bueno se quedó haciendo bolillos,
como la carne que hay entre los dedos,
muriendo sin crecer en el intento...
Y Almodóvar caído de culo en el suelo.
Que sí...que sí...que muy sincero...y yo muy rubia...
Agua de geranio hasta las seis y cuarto,
y sonrisas de vendedor de enciclopedias,
y el alivio de lo absurdo ya no a medias...
Que esto del espanto no es pa' tanto,
que me río y ya no hay río ni riachuelos.
Alguna que otra cara de mochuelo con pata coja de ego...
¿Te mordí? Lo siento. Bueno, no... ¿Tú sí?

05 agosto 2007

EN LAS RAMBLAS...

Se abre la veda de caza de ojos
en las Ramblas y en mi boca
los antojos se visten de praliné rojo y café…
Y la cafetera, en los tobillos, a dos cuarenta
por una carretera de espalda y piernas,
sin mano en el freno,
sin freno en las manos…
Y el calor bebido en los rellanos
invitando a colchón y compañía,
baldosas lascivas, inyección de sangría,
maleta cosida en el bolso del pantalón…
Colocón de miradas en vena de Rambla,
baile sin salón, tacones gastados…
Talones malcriados de usar y tirar,
paladar de casa real, dientes republicanos…
Y en las Ramblas cruzando…
Y las Ramblas sudando conmigo…
Y las ramblas retozando en rojo…
Y en las ramblas caza de ojos…
En las Ramblas órdago y envido...