La madera de las mesas del Molly tiene miedo, adicción y fósiles grabados a golpe de bic, colmillo y boca abierta. Guarda secretos y delitos entre sus astillas, como ases en la manga de un sabio muerto.
Hacía demasiado que no se veían y tenían demasiadas cosas que contar.
Pidieron cuatro cervezas, se sentaron en una mesa al fondo a la derecha, y la ronda de exclusivas dio comienzo.
W bebía un trago mientras en voz baja, sólo al principio, decía que no sabía exactamente si le iba el sado, pero que casi se dan de ostias, y que la sangre de los arañazos en las sábanas confirma que a él todavía le tiene que escocer la espalda. X no puede dejar de reír. Ya sabía la historia porque al día siguiente W le llamó para cenar fideuá en su casa y desahogarse. Y y Z no dan crédito.
Y cuenta que no sabe si dejar a su novio, con el que lleva varios años, para volver con su ex, que por cierto, ha engordado bastante, y lleva al acecho desde que lo dejaron. Pero dice que va a esperar a que se asienten las ideas y terminen los exámenes. W X y Z llevaban algún tiempo sin verla ilusionada...
X, entre trago y sonrisa y trago, cuenta que ha descubierto que es multiorgásmica gracias a un tipo que le saca 14 años y del que puede que vuelva a ser amante alguna vez más, además de que cree que se ha enamorado de otro que tiene los ojos azules y con el que nunca ha hablado. Y y Z le dicen eso de: “no tienes remedio...”
Z deja que pase un ángel, y escupe que ha vuelto con su ex porque después de estos meses se ha dado cuenta de que es más feliz con él que sin él.
Hacía demasiado que no se veían y tenían demasiadas cosas que contar.
Pidieron cuatro cervezas, se sentaron en una mesa al fondo a la derecha, y la ronda de exclusivas dio comienzo.
W bebía un trago mientras en voz baja, sólo al principio, decía que no sabía exactamente si le iba el sado, pero que casi se dan de ostias, y que la sangre de los arañazos en las sábanas confirma que a él todavía le tiene que escocer la espalda. X no puede dejar de reír. Ya sabía la historia porque al día siguiente W le llamó para cenar fideuá en su casa y desahogarse. Y y Z no dan crédito.
Y cuenta que no sabe si dejar a su novio, con el que lleva varios años, para volver con su ex, que por cierto, ha engordado bastante, y lleva al acecho desde que lo dejaron. Pero dice que va a esperar a que se asienten las ideas y terminen los exámenes. W X y Z llevaban algún tiempo sin verla ilusionada...
X, entre trago y sonrisa y trago, cuenta que ha descubierto que es multiorgásmica gracias a un tipo que le saca 14 años y del que puede que vuelva a ser amante alguna vez más, además de que cree que se ha enamorado de otro que tiene los ojos azules y con el que nunca ha hablado. Y y Z le dicen eso de: “no tienes remedio...”
Z deja que pase un ángel, y escupe que ha vuelto con su ex porque después de estos meses se ha dado cuenta de que es más feliz con él que sin él.
El culo de los cuatro vasos hacía ya tiempo que había visto la luz y una vez más las astillas de la mesa y las mangas de los sabios se cebaron con barbaridades, carcajadas y silencios, mientras ellas se dejaban arrastrar por la fuerza centrífuga de un "¿Tomamos otra?"