Porque hay a quien le gusta el olor reciente de un café cortado. Porque hay quien grita "touché!" cuando se encuentra una mirada diferente. Porque cruzar en rojo da la vida y con los ojos cerrados se llega antes a ese otro lado adictivo, furtivo y agridulce. Porque las entrelineas guardan los secretos y ayudan a imaginar. Bienvenidos, pasen y lean...

05 enero 2011

shhh

Leo, no veo. ¡Joder Leo! ¡Leo!
Perdona, lo siento. Perdóname Leo. Creí... Lo siento Leo. Cualquier día de estos tengo la sensación de que voy a abrir los ojos y no voy a ver. No voy a verte. Como en esas películas en las que se pierde la conciencia y cuando se intenta parpadear es como si nada. Y hablar. En esas películas no suelen poder hablar, ni mover las muñecas. ¿Me entiendes Leo? No quiero que mis ojos estén en el fondo de un vaso. Como la dentadura de la abuela. Entiéndelo por favor. Tengo un pánico terrible. Por eso a veces me cuesta dormir contigo, a tu lado. Todo se pega dicen. Claro, que a ti te pasará igual, ¿qué pasa si un día no me oyes? ¿qué pasa si el silencio se vuelve tan jodidamente denso que te cuesta tragar, y tu laringe no puede discriminar entre aire y cemento? Que te ahogas Leo. Pasa que te ahogas. No quiero que tus oídos sean una hormigonera.
Por favor da la luz. Por favor.
Gracias Leo.
Por favor. Dime algo. Me encanta ver como mueves los labios. Eres mi libro preferido.
Me encantaría oírte aunque sólo fuera una vez.
Leo no la apagues, por favor, no la apagues nunca. Nunca. Nunca...