En el resorte insaciable de un rizo que lucha a muerte contra el tirabuzón asesino ganamos, perdiendo por el camino trozos de lengua con sabor a delicatessen.
Nos adentramos en la batalla salvaje de arrancarle con las pestañas la ropa a quien lleva demasiada poca, o relativamente demasiada.
Y llamamos al teléfono rojo del enemigo. Clavamos en sus entrañas de nata nuestra espada desde la sala más pequeña de Salamanca. Me dieron un año de tregua y una botella firmada. Fui la reina de los hielos, y tú la fiera que los devoraba.
Sin prisa, con pausa. Nos colamos en la trinchera ganando ojos no tan viejos que miraban a través de una pared. Nos dieron las diez, las cien, las mil balas de risa y hojalata y borramos las marcas de los hombros a golpe de alquimistas y terrazas.
Bebimos sangre y casualidades vertidas en una gorra y compramos todo el brillo que el sol ya no utilizaba. Devastamos mil países inventados y esparcidos a nuestro alrededor.
Finalmente, saboreamos la victoria de salir con más vida que los gatos de esta guerra caliente e improvisada, llena de agujeros por los que se escapaban Córdoba y preguntas, orgasmos y bocetos, medio dedo verde, una taza caliente, los sueños, los ases, el polvo en el viento y las cartas. Esperando ferozmente nuestra próxima batalla.
Nos adentramos en la batalla salvaje de arrancarle con las pestañas la ropa a quien lleva demasiada poca, o relativamente demasiada.
Y llamamos al teléfono rojo del enemigo. Clavamos en sus entrañas de nata nuestra espada desde la sala más pequeña de Salamanca. Me dieron un año de tregua y una botella firmada. Fui la reina de los hielos, y tú la fiera que los devoraba.
Sin prisa, con pausa. Nos colamos en la trinchera ganando ojos no tan viejos que miraban a través de una pared. Nos dieron las diez, las cien, las mil balas de risa y hojalata y borramos las marcas de los hombros a golpe de alquimistas y terrazas.
Bebimos sangre y casualidades vertidas en una gorra y compramos todo el brillo que el sol ya no utilizaba. Devastamos mil países inventados y esparcidos a nuestro alrededor.
Finalmente, saboreamos la victoria de salir con más vida que los gatos de esta guerra caliente e improvisada, llena de agujeros por los que se escapaban Córdoba y preguntas, orgasmos y bocetos, medio dedo verde, una taza caliente, los sueños, los ases, el polvo en el viento y las cartas. Esperando ferozmente nuestra próxima batalla.
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Para una fiera
que anda suelta...
20 comentarios:
batallas incruentas de sangre de toro que se bebe bien fría.
las manías...
vacaciones en dos días...
mecenas sin un duro.
momentos de colección, vestidos hippies y agujeros en los que meterse...
la siguiente YA!
besos
Roja y la energía atómica...juas.
Pa darle de comer a parte!
Cuídate!
Me quedo con un minifragmento:
"orgasmos y bocetos". Será que no tengo batallas sólo habre de paz.
lo mejor de tu prosa, es la historia que se oculta tras cada coma, la historia que se esconde detras de cada punto...
Seguro, que cada frase, tiene una historia que contar...
me gustó, sinceramente
Es grato leer tus textos y deducir vivencias ocultas. Experiencias inolvidables que quedan marcadas a fuego en tu existencia.
Un fuerte abrazo desde el Otro Lado.
Entre cada texto y el lector, pones una cortina roja transparente, y nos conviertes en voyeristas, y ya no leemos, sino que imaginamos.
Abrazo.-
En menudas guerras te metes niña...
Cualquiera se arrima a tu trinchera, fijo que sale marcada con una bala con marca de chupetón, jejeje.
Lunazo
yO tambien quiero vivir batallas feroces, entre cafes, risas, orgasmos y bocetos...
Quiero enfrentarme a ciudades acorazadas de errores, y alejarme de jardínes de rosas rojas sin espinas...
Lo malo, es que yo no tengo fuerza en las rodillas para hacerlo...
Un beso, rojo ;)
qué ferocidad tan maravillosa!!! Un abrazo.
Eeeyyy, ha vuelto tu mejor versión! Me ha gustado mucho el último párrafo. ¿Medio dedo verde? Esta se me escapa...
Besos verdes ante el rojo
Empieza a preparar las trincheras, a ver si te van a cojer por sorpresa...
Fui la reina de los hielos, y tú la fiera que los devoraba... Me encanta.
Besito, caperucita
http://www.youtube.com/watch?v=VFcwbjt856Y
Solo esto.
Guerras calientes....en batallas salvajes que suman cero, la ferocidad aguardentosa de las aceras perdidas y las ganadas al tiempo según se decida por dónde tirar, la ferocidad de la casualidad, del aquí y ahora, y mañana...otro día, de los gatos que se restriegan donde saben que siempre dan el suficiente calor, el adecuado, el justo, mientras hay manecillas deshaciéndose en otras paredes...besos a dos ferocidades inigualables.
Escribo mas bien poco, pero cuando escribo me prohibo venir a leerte, vengo despues de escribir,me encanta tu estilo y lo admiro, eres la mejor.
Mientras yo busco el mio (mi estilo)me encanta pasearme por tus palabras y siempre es ese picazon en el alma lo que me engancha.
Sin duda es feroz la mente.
Incansable_mente
un beso
permite que huya.. hace tiempo que comprendí que todas mis batallas serían perdidas..
Vitales batallas las tuyas!!!
Cómo ya te han dicho, eres genial dejando entrever historias en tus palabras, ese texto te podría dar para un libro solamente por lo que se intuye.
Un beso!!
Cuantas rodillas fueron quebradas por el abrazo ya manido de Tribuna universitaria. Buen pie tras una foto mejor encuadrada que la de Mamen Somar. De momento El_hombre_que sigue siendo quien reparte la poesía en platos llenos de prosa,,, habrá igualdad en estos tiempos que corren!!!???? Escribe una mujer y además pelirroja mejor que un hombre con barba e inconcluso!!!???? Te espero cada lunes,,,, permíteme equivocarme (es una súplica). Un beso. Te seguire viendo cada lunes en el banco de mi facultad siempre impresa en rojo.
"1000 balas de risa y hojalata "y "comprar el brillo que el sol ya no utilizaba", son frases que me han encantado.
Como siempre, tan gráfica que hasta puedo sentir el calor cuando lo describes, el frío o incluso ese cierto riesgo que supone ser una adicta a cruzar en rojo...Con lo tranquilita que soy yo y me contagias esas ganas de comer el mundo,xD
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