Porque hay a quien le gusta el olor reciente de un café cortado. Porque hay quien grita "touché!" cuando se encuentra una mirada diferente. Porque cruzar en rojo da la vida y con los ojos cerrados se llega antes a ese otro lado adictivo, furtivo y agridulce. Porque las entrelineas guardan los secretos y ayudan a imaginar. Bienvenidos, pasen y lean...

22 septiembre 2008

HIROSHIMA

Quizá por haber presenciado algún que otro fin del mundo años atrás, forró las paredes de su corazón, extendiendo suavemente con las yemas de los dedos, como si fuese plastilina verde, una fina capa de Nobel 808, que no es más que aquel explosivo que los británicos crearon, con olor a almendras, bastante antes de la Segunda Guerra Mundial. Fue entonces cuando el señor que estaba sentado a su derecha comenzó a rezar un rosario frenéticamente, aferrándose a las pequeñas piedras de ámbar como se aferra el no tan recién nacido a la calidez innata del pecho femenino.
Ella caminaba arrastrando su maleta roja y media sonrisa, pensando que a estas alturas de septiembre, ni siquiera la crisis de los pobres mortales le había impedido pasar unas vacaciones en el epicentro del hombre que la esperaba apoyado en la pared.
Y como quien cree gozar de la posesión absoluta de la piel de los kamikazes, caminaron encajando sus pasos y el envés de sus retinas como sólo lo supo hacer el inventor del primer puzzle de la historia.
Y la conciencia de fin fue cristalizando por toda la ciudad, en forma de piernas en los bares de Horlaleza, de hojas en las vías del metro, de fresas en un plato negro, de mi dedo índice en el espesor de su barba. Cuando el cielo empezó a deshacerse en granizo de sudor, él la llevó a su habitación para comenzar el ritual apocalíptico que rezan casi todas las escrituras en braile. Y allí citaron desnudos a Ana Rossetti, adoraron al dios de los collares, al zócalo blanco y a las paredes autodefinidas de un armario.
El corazón de ella explotó mientras hacía el amor sobre la cama, la silla y la mesa y el de él, por inducción, mientras practicaba el sexo sobre la mesa, la silla y la cama. La habitación se volvió del color Hiroshima y cuando llegaron los bomberos, en el suelo sólo quedaban vivos siete puñados de almendras y un carcaj de madera, que dicen que es dónde bebieron la sangre del alma gemela que cazaron en su última cena
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15 comentarios:

Concha Olid & Sonsoles López dijo...

Ese pequeño matiz: ella hacía el amor, él practicaba sexo..por inducción. Joder tía...lo clavas.

Unknown dijo...

Buenísimo! Paso siempre y casi nunca digo nada pero eres grande, muy grande. Un besito

AAN dijo...

Vacaciones rojas fatales. Aunque ya me gustaría a mí volatilizarme justo en el momento en el que ella lo hace (antes no!) ;)

Por aquí llueve. Besito

Tristancio dijo...

Imagino, porque tantas veces no podemos sino imaginar, como sonaría este texto leído por ti... así como de casualidad, a la orilla de un café humeante, fuerte y oscuro, o de un tinto mareado de noche por las confesiones -que de no confesarse matarían-:

-Mira, escribí un texto, ¿quieres que te lo lea?- dijo ella, como quien ofrece un cigarrillo.

-Claro- dijo él, como quien acepta un cigarrillo ya encendido.

Entonces, ella bebió un sorbo de café, o vino (cada quien imagine lo que venga a gusto), y con una voz que él nunca había escuchado, y que incluso le costaba imaginar, ella desdobló una hoja y comenzó a leer, mientras a él lo ganaba el embeleso:

"Quizá por haber presenciado algún que otro fin del mundo años atrás..."

Abrazo (de creación del mundo).-

Merypipis dijo...

Que habitación tan pasional y tan roja...

Me quedo con ese zócalo blanco y ese dios de los collares...ya sabes que la conjunción del blanco y el rojo me hace delirar...


Ay mi princesa...llévame a un epicentro...aunque yo ya tenga el mío particular tatuado en la sien y dando vueltas en un café...


ya sabes


Mil besos rojos...como tú y como esa habitación...



P.S. Nada mejor que Hiroshima reflejaría esa tormenta entre cuatro paredes...


muak! ^^

Miguel Rodríguez dijo...

Claro, este texto es todo tú, escrito al mejor estilo único de la chica Adicta a Cruzar en Rojo.

Gracias a ti por tu aporte gráfico a aquellas ideas que a veces rondan el coco.
Espero poder contar contigo para la Entrevista-Cuestionario de los viernes.


besos y mil gracias nuevamente!

Nikaperucita dijo...

... que puedo decir, me ha encantado. Es denso :)

Belén dijo...

Dios, que lástima de corazón...

Y que buena la diferencia, muy buena...

Besicos

vega dijo...

vengo corriendo corriendo y está mi sister de guardia diciendo que eres grande.

Porque eres grande...

Hay últimas cenas que parecen la primera. Y viceversa.

Te mando besos sobre tostas de Latina, para que vengas pronto y hagas un huequillo para quedar conmigo... (mañana reservaré un hueco de calma para hacer planes)

Quejio dijo...

Anda niña,

róbame otra cosa, que la inspiración ya la tienes.

Me sumo a Conso en su comentario.

Besos lunáticos, rojos de luna llena.

Adrià dijo...

Te pones verde y le das un apretón a los bares de hortaleza…
No se, la maleta y la ciudad conservan el color…

Ya no podré comer almendras…

O si, no se.

Anónimo dijo...

Me ha gustado por sus simbolismos. Bueno, en realidad por todo el texto pero los simbolismos, no sé si eres consciente de ellos, son geniales.

Un fuerte abrazo desde el Otro Lado.

Fernando García-Lima dijo...

Mola este nuevo cambio de registro! Me gustan las almendras vivas :-)

Beso

W dijo...

¿Cuantas parejas harían el amor o practicarían sexo, según como quieras verlo, en el momento de la explosión?

Daños colaterales, lo llaman algunos necios...

Muy bueno, nena.

Mercredi dijo...

Amore,es precioso. Normalmente siempre me quedo con una imagen de una frase que has escrito y te lo indico aquí...Ahora no sabría decirte cuál me gusta mas...Me ha enternecido lo de la "calidez innata del pecho femenino" y lo de las almendras me ha hecho sentirme bien. El final me ha hecho sonreír,está...Perfecto. Me encantas ^^